Somos el Valle Central de Mendoza: Tierra de Encuentros de paisajes y culturas. Somos el terruño del nuevo vino y somos la conjunción de saberes ancestrales con las nuevas culturas.
Con el Cordón Frontal de la Cordillera de los Andes, engalanado por el Volcán Tupungato al Norte, el Río Tunuyán uniendo los pueblos desde el Oeste, el nacimiento de la meseta Patagónica al Sur y el Desierto de Huayquerías saludando cada días desde el Este.
Somos el Valle de Uco.
El Valle de Uco está enmarcado entre el Cordón Frontal de la Cordillera de los Andes al Oeste y el Desierto de Huayquerias al Este. Los viñedos y las fincas recortados contra las montañas son nuestra postal de presentación. Al Sur, con el fin del Cordón Frontal, comienzan las primeras manifestaciones de la Meseta Patagónica, y cada quebrada que baja de la montaña nos cuenta de esta transición.
El Río Tunuyán, que nace en la cara Sur del Volcán Tupungato y corre entre montañas al Sur hasta salir al valle, constituye uno de los secretos de la magia del lugar. La Laguna del Diamante, el paraíso escondido conmueve al visitante. El Desierto de Huayquerías, envuelve en su mística. El Camino de la Carrera se trasforma en portal entre montañas.
La cultura del vino llego al valle junto con la colonia. Desde entonces fue creciendo y transformando la cultura y los paisajes hasta convertirse en un icono del enoturismo argentino. Sus territorios elevados junto a los Andes dan lugar hoy día a los mejores vinos del país. Valle de Uco: Gualtallary, Los Chacayes, Vista Flores y Altamira son actualmente los iconos de la excelencia.
En el valle conviven las historias y las nuevas tendencias del enoturismo.
Un cultura forjada de los encuentros entre las culturas ancestrales de Huarpes, Pehuenches y Quechuas y la llegada del español, en las que el amor por la tierra y sus manifestaciones dan lugar a una costumbre de anfitriones de los visitantes.
Una mixtura de cultura nos pasea por la música cuyana, por costumbres de festejos populares y por el gusto de adentrarnos en la montaña y en el campo.
Exquisitos productos forjados en nuestra tierra, cuyo sabor es tan rico y único como el lugar que los vio nacer.